Y no, ésta no es otra estúpida entrada acerca de unos hipotéticos mandamientos en el caso de que Dios no hubiese muerto. Que sí coño, que esta entrada sí es de verdad. Ha sido idea del ayuntamiento de Pekín. Han sido colocados en panfletos en cada esquina de la ciudad. Y lo que se pretende conseguir es dar una buena imagen de cara al exterior para la cita olímpica del año que viene.
1. Proteger la propiedad intelectual de la mercadotecnia olímpica y no comprar ni vender productos olímpicos piratas.
2. Atención al reglamento sobre la protección de símbolos olímpicos y no abusar de elementos como la bandera, el himno o los membretes de los juegos Olímpicos.
3. Memorización de las normas de tráfico y evitar cruzar los semáforos en rojo.
4. Respetar las colas y evitar las aglomeraciones.
5. Obligación de cuidar el medio ambiente y prohibición expresa de escupir en la vía pública.
6. No dañar los monumentos históricos y respetar las costumbres.
7. Cuidar las instalaciones olímpicas y evitar los alborotos en su interior.
8. Colaborar en la manutención del orden en los estadios y no lanzar botellas ni llevar sus propias bebidas.
9. Hay que ser espectadores civilizados y no se puede practicar la reventa y las apuestas.
10. Conocimiento de la legislación y no alterar el orden público con su actitud.
Como os habréis dado cuenta, cada mandato expresa un deber y una prohibición, cuando no más. En realidad, si analizamos la formulación de cada uno de los mandamientos, nos encontramos con que en suma hay al menos 23 mandatos. Efectivamente, el hecho de que hayan sido sintetizados en diez, supongo, no es más que otro absurdo guiño a la cultura occidental. De hecho, en los dos últimos años se ha intentado erradicar las costumbres ancestrales chinas que no son bien vistas por el mundo occidental. En cualquier caso, no deja de ser curioso que los mandamientos descritos en las líneas anteriores puedan ser aplicables a cualquier país del mundo. Cosas de la globalización.
De la globalización y de la hipocresía. Porque si no no me explico esta absurda campaña de marcadotecnia (quien crea otra cosa es un iluso). Es decir, entiendo los fines de la campaña en tanto que es de marketing, pero carece de sentido explicarse la campaña en términos de otros fines. Pues, ¿se pretende cambiar algo más allá de la mera apariencia pública? La respuesta es no. Y es no porque si fuera de otro modo se iría a lo substancial del asunto: la cuestión de los derechos. No puede haber deberes sin derechos, y en China parece que la cuestión de los derechos humanos se la pasan por el forro. Aquí una pequeña lista, la otra cara, si se quiere, de esos 10 mandamientos:
- Escasa libertad de expresión y religión: Miles de personas son detenidas cada año por ejercer esos derechos.
- Reubicación de comunidades enteras con el fin de obtener terrenos para la realización de obras públicas: las tres gargantas y (¡caramba!)las instalaciones de Beijing 2008. (El derribo de algunos de los ancestrales Hutongs en pleno centro de la capital puede ser un ejemplo flagrante de esta reubicación forzosa.)
- Vacío en los derechos de los detenidos, sobre todo durante el proceso de detención, juicio y sentencia. No existe una jurisprudencia que vele por los derechos de los detenidos y la práctica de la acusación mediante cargos vagamente definidos sigue siendo la norma.
- Abusos y tortura contra los prisioneros tanto en las cárceles como en los campos de trabajo.
- La pena de muerte sigue siendo vigente. Se estima que cada año se ejecutan 10000 de estas penas.
- Recolección de órganos de prisioneros condenados para transplantes.
- Acatamiento de prácticas abortivas y de esterilización como medio para llevar a cabo la política estatal de planificación familiar.
- La ley de los trabajadores chinos no permite la libre asociación en sindicatos independientes para reclamar sus derechos. Existe la Federación China de Sindicatos, pero sus oficiales están controlados por las autoridades locales y los comités del PCCh. El abuso y el control laboral queda impune.
Así las cosas, en China la cuestión no es que no pueda haber deberes sin derechos, sino más bien que no puede haber prohibiciones sin deberes. Están jugando a otro juego.
1. Proteger la propiedad intelectual de la mercadotecnia olímpica y no comprar ni vender productos olímpicos piratas.
2. Atención al reglamento sobre la protección de símbolos olímpicos y no abusar de elementos como la bandera, el himno o los membretes de los juegos Olímpicos.
3. Memorización de las normas de tráfico y evitar cruzar los semáforos en rojo.
4. Respetar las colas y evitar las aglomeraciones.
5. Obligación de cuidar el medio ambiente y prohibición expresa de escupir en la vía pública.
6. No dañar los monumentos históricos y respetar las costumbres.
7. Cuidar las instalaciones olímpicas y evitar los alborotos en su interior.
8. Colaborar en la manutención del orden en los estadios y no lanzar botellas ni llevar sus propias bebidas.
9. Hay que ser espectadores civilizados y no se puede practicar la reventa y las apuestas.
10. Conocimiento de la legislación y no alterar el orden público con su actitud.
Como os habréis dado cuenta, cada mandato expresa un deber y una prohibición, cuando no más. En realidad, si analizamos la formulación de cada uno de los mandamientos, nos encontramos con que en suma hay al menos 23 mandatos. Efectivamente, el hecho de que hayan sido sintetizados en diez, supongo, no es más que otro absurdo guiño a la cultura occidental. De hecho, en los dos últimos años se ha intentado erradicar las costumbres ancestrales chinas que no son bien vistas por el mundo occidental. En cualquier caso, no deja de ser curioso que los mandamientos descritos en las líneas anteriores puedan ser aplicables a cualquier país del mundo. Cosas de la globalización.
De la globalización y de la hipocresía. Porque si no no me explico esta absurda campaña de marcadotecnia (quien crea otra cosa es un iluso). Es decir, entiendo los fines de la campaña en tanto que es de marketing, pero carece de sentido explicarse la campaña en términos de otros fines. Pues, ¿se pretende cambiar algo más allá de la mera apariencia pública? La respuesta es no. Y es no porque si fuera de otro modo se iría a lo substancial del asunto: la cuestión de los derechos. No puede haber deberes sin derechos, y en China parece que la cuestión de los derechos humanos se la pasan por el forro. Aquí una pequeña lista, la otra cara, si se quiere, de esos 10 mandamientos:
- Escasa libertad de expresión y religión: Miles de personas son detenidas cada año por ejercer esos derechos.
- Reubicación de comunidades enteras con el fin de obtener terrenos para la realización de obras públicas: las tres gargantas y (¡caramba!)las instalaciones de Beijing 2008. (El derribo de algunos de los ancestrales Hutongs en pleno centro de la capital puede ser un ejemplo flagrante de esta reubicación forzosa.)
- Vacío en los derechos de los detenidos, sobre todo durante el proceso de detención, juicio y sentencia. No existe una jurisprudencia que vele por los derechos de los detenidos y la práctica de la acusación mediante cargos vagamente definidos sigue siendo la norma.
- Abusos y tortura contra los prisioneros tanto en las cárceles como en los campos de trabajo.
- La pena de muerte sigue siendo vigente. Se estima que cada año se ejecutan 10000 de estas penas.
- Recolección de órganos de prisioneros condenados para transplantes.
- Acatamiento de prácticas abortivas y de esterilización como medio para llevar a cabo la política estatal de planificación familiar.
- La ley de los trabajadores chinos no permite la libre asociación en sindicatos independientes para reclamar sus derechos. Existe la Federación China de Sindicatos, pero sus oficiales están controlados por las autoridades locales y los comités del PCCh. El abuso y el control laboral queda impune.
Así las cosas, en China la cuestión no es que no pueda haber deberes sin derechos, sino más bien que no puede haber prohibiciones sin deberes. Están jugando a otro juego.
5 comentarios:
Has dado en el clavo Ignatius...
Lo gordo de todo esto es que ahora todos queremos ser amigos de China, pero que Castro y Ahmadineyad son muy malos porque reprimen a los suyos.
Estoy viendo el titular: "JJ.OO. de Pekín ejemplares". Seguro que dan una lección de disciplina, etc. y que la imagen que darán al exterior será la de ser la mejor organización nunca vista en unos juegos, pero el puteo constante de un gobierno derrochador a más no poder a una población también grande a más no poder no es que sea desconocida sino, mucho peor, silenciada. La comunidad internacional calla porque así no enfadam a los chinos, que son muchos y muy ricos.
Guerra a Cuba e Irán!!!!!
Bien visto Jon. La doble moral en occidente es una de las cosas más escándalosas a nivel geopolítico. Un poco más de coherencia no estaría de más.
Si, pero ya lo habéis dicho, es el niño grande que roba el bocata a los demás ahora en el recreo... ¿Quién va a ser el listo que le diga algo? Se juega algo más que su bocata... Hablamos de un recreo gigantesco jeje.
¿A alguien más le parece un pene el logotipo de los j.j.o.o. o es que ya estoy completamente degenerado?
Ahora que lo dices kon 205... creo que estás completamente degenerado.
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