Hubo un tiempo no muy lejano en el que unos simpáticos estudiantes de filosofía decidieron crear un foro en el que poder charlar tranquilamente de cine y de la ciencia de las ciencias. No existían demasiadas pretensiones por aquel entonces, si acaso, las de pasar un buen rato y prolongar las discusiones y debates fuera de las aulas. Aquellos tiempos de inconsciencia colectiva estaban guiados por varias convicciones.
Una de ellas tenía que ver con el fondo de la cuestión. Era la de que la reflexión filosófica no tenía por qué estar ceñida al papel escrito; que había otras herramientas por medio de las cuales los conceptos y proposiciones filosóficas podían tener su medio de representación. El cine, obviamente, estaba en el punto de mira; el cine, o la expresión cinematográfica, como mirada focalizadora de nuestras inquietudes filosóficas y no tan filosóficas.
Otra, concerniente más a la forma, era la de que la universidad como institución, y en concreto la facultad de filosofía, no tenía por qué ocupar el centro neurálgico de la reflexión filosófica. La Academia, entendida en el sentido de lugar del conocimiento, tenía sus límites. La intención, expandirlos.
Bien pensado, quizá si estuviéramos bien cargados de pretensiones. En cualquier caso, el foro era más cosas aparte de cine, filosofía y ambiciones revolucionarias. También era un lugar donde pasar un buen rato. Era, por tanto, un espacio lúdico. Ahí quedan esos interminables pasatiempos como los de las "palabras encadenadas", "poesía eres tú, "el trivial" o "y si fueras...." (nunca sabré si los cuatro puntos suspensivos fueron intencionados o no). En ellos desarrollábamos nuestro ingenio con las pruebas más variadas y pintorescas.
Sea como fuere, el foro acabó entrando en barrena. No quiero decir que muriese, porque eso no sería atenerse a los hechos. Más bien, podría decirse que entró progresivamente en una especie de estado lisérgico provocado por la desidia y por ciertos roces y rencillas entre algunos de sus usuarios. En cualquier caso, el foro fue abandonado a su suerte en medio del océano internáutico. Y eso, amigos, nunca se hace con un Yonki.
Por eso me congratula deciros que, tras varios meses de espera, hemos rescatado a Descartes Lleva el Bote de la deriva en alta mar. Desde luego, ahora lo cuidaremos como se merece. Y eso significa que ni lo trataremos de basura ni depositaremos tantas pretensiones como antes en él. Un término medio, vaya.
Desde aquí os invito a visitar este lugar. Seréis bienvenidos. Eso sí, dejad las pretensiones en la entrada, junto a los zapatos. Gracias.
Una de ellas tenía que ver con el fondo de la cuestión. Era la de que la reflexión filosófica no tenía por qué estar ceñida al papel escrito; que había otras herramientas por medio de las cuales los conceptos y proposiciones filosóficas podían tener su medio de representación. El cine, obviamente, estaba en el punto de mira; el cine, o la expresión cinematográfica, como mirada focalizadora de nuestras inquietudes filosóficas y no tan filosóficas.
Otra, concerniente más a la forma, era la de que la universidad como institución, y en concreto la facultad de filosofía, no tenía por qué ocupar el centro neurálgico de la reflexión filosófica. La Academia, entendida en el sentido de lugar del conocimiento, tenía sus límites. La intención, expandirlos.
Bien pensado, quizá si estuviéramos bien cargados de pretensiones. En cualquier caso, el foro era más cosas aparte de cine, filosofía y ambiciones revolucionarias. También era un lugar donde pasar un buen rato. Era, por tanto, un espacio lúdico. Ahí quedan esos interminables pasatiempos como los de las "palabras encadenadas", "poesía eres tú, "el trivial" o "y si fueras...." (nunca sabré si los cuatro puntos suspensivos fueron intencionados o no). En ellos desarrollábamos nuestro ingenio con las pruebas más variadas y pintorescas.
Sea como fuere, el foro acabó entrando en barrena. No quiero decir que muriese, porque eso no sería atenerse a los hechos. Más bien, podría decirse que entró progresivamente en una especie de estado lisérgico provocado por la desidia y por ciertos roces y rencillas entre algunos de sus usuarios. En cualquier caso, el foro fue abandonado a su suerte en medio del océano internáutico. Y eso, amigos, nunca se hace con un Yonki.
Por eso me congratula deciros que, tras varios meses de espera, hemos rescatado a Descartes Lleva el Bote de la deriva en alta mar. Desde luego, ahora lo cuidaremos como se merece. Y eso significa que ni lo trataremos de basura ni depositaremos tantas pretensiones como antes en él. Un término medio, vaya.
Desde aquí os invito a visitar este lugar. Seréis bienvenidos. Eso sí, dejad las pretensiones en la entrada, junto a los zapatos. Gracias.
3 comentarios:
Hemos vuelto con un nuevo espíritu. Muy bien analizado Ignatius, como bien has dicho volvemos sin tantas pretensiones.
O eso o se volverá ir todo a la mierda.
Bien, no quisiera ser aguafiestas, pero a día de hoy, 6 de marzo de 2008, poco se ha revitalizado el foro. Con ello no quiero dar a entender que tus espectativas no estuvieran bien fundadas, sólo que mantener vivo el foro es cuestión de voluntad, de mucha voluntad diría yo. Ahí dejo eso (y que conste, que más que un reproche es una ilusión). Que X os dé ganas de "tecletear" a todos.
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