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martes, 20 de noviembre de 2007

Piensa un momento en las siguientes situaciones

Eres un agente del servicio secreto chino y tu mujer es una tostadora. No tenéis hijos, tenéis tostadas. Los de control de natalidad os buscan, pero tu identidad es secreta. En cualquier caso, siempre tienes mucho hambre.

Ha habido una catástrofe nuclear y el mundo ha sido destruido. Sólo quedas tú y cucarachas en la Tierra. Como sabes que las cucarachas dominarán el mundo, acabas mimetizándote con ellas. Y sabes que no te costará demasiado. A fin de cuentas, debe haber alguna razón fisiológica por la que tu también hayas sobrevivido a la catástrofe.

Eres una máquina expendedora de latas de Pepsi. Tu vida es muy triste, sufres demasiado. Todo el mundo prefiere Coca Cola a Pepsi. Es demasiada carga emocional para tus sensibles circuitos eléctricos la que la trágica vida te ha deparado. Un día, y sin previo aviso, decides que todo debe terminar. Te desenchufas.

Tus peores enemigos son un cenicero y un libro que no ha sido abierto en años. No sabes como llegaron allí, pero sabes que vinieron para quedarse. Te sientes observado y lo que más te angustia: sabes que eso implica que alguien te está observando. Decides beberte una lata de Pepsi.

Estás de compras en un supermercado de una gran cadena comercial. Todos los artículos te resultan extraños, impropios de un lugar donde se compra comida. Miras tu angelical carrito de la compra: rifles de asalto, granadas de mano, pantalones de camuflaje, municiones varias, kit de cintas rojas para la frente, etc. De repente una bomba cae a tu lado y entonces piensas: "esos Charlies han vuelto a poner algo en mi bebida".

Nada importa, nada tiene sentido. Lo único necesario es correr. Correr como nunca has corrido. Correr como si de ello dependiera tu mísera vida. Esa vida que crees que riges volitívamente. Necio. Pero tú corres y corres y, finalmente, te sientas en el sofá de tu casa. Enciendes la tele.

¿Qué tienen en común todas estas situaciones?

Exacto. Todas ellas podrían, pueden y de hecho son o han sido alguna vez cortinilla de introducción de esa mágica serie llamada Los Simpsons (no hace falta que especifique el de hecho y con él lo demás, ¿verdad?).

Y ahora, con todos ustedes, una pequeña selección de lo mejor de lo mejor en ese apartado del ilusionario Simpsoniano.



sábado, 20 de octubre de 2007

Carlton Jones

Aquellos maravillosos años... en los que veías El Príncipe de Bel Air y te parecía una serie cojonuda... que grandes fueron. Si hoy somos lo que somos, es gracias a esa serie. Bueno, eso no significa que ahora seamos negros, así que me explicaré y, en la medida de lo posible, intentaré no hacer referencia al color de la piel de los protagonistas. Así que pido al lector que no se esfuerce en buscar tal relación. La conexión se hará explícita a su debido tiempo.

Will Smith representaba la clase de persona que nos gustaría ser: irónica, sarcástica, inteligente, pasota pero con un cierto sentido de la responsabilidad, etc. Un tipo al que las cosas le salían bien. El espejo en el que querías reflejarte en la preadolescencia. Por otro lado estaba Phillip Banks, que con su sóla presencia, te advertía de por vida de los riesgos que podía acarrearte vacilar a una persona con exceso de peso. Representaba el mandato moral inherente a toda relación social expresado, ¿cómo decirlo...? a martillazos. Por algo era juez. Su mujer, Vivian, encarnaba el papel protector y comprensivo en la relación de autoridad. Era el poli bueno de la pareja.

Por otro lado, teníamos a Jazz, prototipo de parásito social a los ojos de Phillip y Vivian y, sin embargo, fiel amigo. El típico individuo al que tus padres te aconserían no juntarte. Tú pasarías del consejo porque sabes que las apariencias engañan. La prima Hilary era un caso especial. Te recordaba lo mal que está repartida la inteligencia en el mundo y, por otro lado, hacía replantearte si el incesto es una acción realmente denostable. El mayordomo, Geoffrey, era el punto y a parte en la serie. Sus intervenciones se sazonaban con una pizca de fina ironía que encubría, las más de las veces, los hachazos más inmisericordes y la crítica (de)constructiva más mordaz. Simplemente genial. Pero tú sólo pensabas que acabar de mayordomo no era el proyecto que tenías en mente para tu vida.

Sí, había más personajes: Ashley, el repelente Nicky, el brillante juez Robertson, y muchos más que ocupaban un lugar secundario en los acontecimientos. Pero los principales eran los anteriores. Ellos partían la pana. Bueno, la verdad es que me dejo a uno: Carlton.

¿Qué decir de Carlton Banks? Pijo, chivato, pelota, postín, etc. Representaba la pérdida de valores y de la conciencia asumida generación tras generación por sus antepasados. A decir verdad, era el blanco de la familia, sólo que con disfraz de negro. Más genéricamente: traicionarse a sí mismo y a lo que representas. Era lo opuesto a aquello en lo que querías convertirte cuando fueras mayor. O tal vez ni eso. Tal vez si dibujaras un segmento y en cada extremo representases aquello en lo querrías convertirte y aquello en lo que no te gustaría acabar, el punto representado por Carlton no tendría espacio en la representación. Y lo peor de todo: consiguió que jamás volvieras a escuchar a Tom Jones con la misma predisposición.



viernes, 28 de septiembre de 2007

Holywood, antropología y cultura vasca. Qué gran combinación.

Que mágica puede ser la percepción de otra cultura. Ves costumbres y valores que te resultan extraños y te sorprendes. Es como descubrir un mundo nuevo. Pero ya si te inventas la percepción, entonces... ¡es ya la puta ostia! Esto es lo que hacen los americanos y, claro, les queda de puta madre. Quedan como Dios ante el resto de los mortales. Ellos hacen y deshacen porque ellos rigen las pautas de comportamiento del resto de las sociedades. Y todo gracias a Holywood.

De todos es sabido que en Holywood les importa un pimiento que sus historias resulten creíbles o no. No les interesa la credibilidad; más bien el beneficio. Cuando los guionistas escriben los diálogos, caracterizan a los personajes y desarrollan las tramas argumentales, intentan crear un producto apetecible, es decir, vendible. Y los productores buscan precisamente eso: la rentabilidad. Porque Holywood es una gran industria, y sus espectadores, los consumidores. Así que los productos ofertados intentan responder en gran medida a los intereses y gustos del público.

El problema de todo esto no es la calidad o la ausencia de ella en los planteamientos de las películas. Hay pelis buenas y malas, y esto es totalmente independiente del leivmotiv que guía la actuación de las grandes compañías. El problema, más bien, es que esos productos salen de Estados Unidos, su principal mercado, y llegan a otras partes del globo. Como Euskadi.

Y aquí llegamos al principio. Cómo mola eso de caricaturizar y exagerar hasta el esperpento la forma de ser en otros lugares o, directamente, inventarte todo el asunto. Sí, yo también quiero formar parte de Holywood, pero la verdad es que, en este caso, ni soy parte de Holywood, ni tampoco de su mercado. Y os mostraré por qué.

MACGYVER

Que puto amo es Macgyver, que viene al País Vasco, y nos pilla en el bosque como jamelgos. Pero eso no es nada. Lo que verdaderamente tiene mérito es que venga y, por arte de magia, haga que tengamos cara de mexicanos, vistamos como hace un siglo y digamos cosas como "venga azkar aimsnasnsa". Mención especial a la banda sonora, a medio camino entre Saber y Ganar y Al filo de lo imposible. Dicho sea de paso: la madre de Macgiver era una señora de mundo, sí señor...



Por cierto, el mensaje subliminal es: no visites Euskadi si no quieres molestar a Macgyver... y si eres botánico, ¡cuidado!, podríamos confundirte con un agente de seguros.

TITANIC

Este vídeo es una ración de incultura por partida doble, es decir, bilingüe. Lo jodido es que el euskera de la versión original es más verosímil que el de la versión doblada, lo cual manda cojones.



Pues eso, que Tarari Tukutú...

EL DESFILADERO DE LA MUERTE

Éste es mi vídeo preferido. Lo tiene todo: vascos franceses, flamenco, irrintxis, cesta punta, el lejano oeste y escenas a lo Yamakazi. Que guapo. Como molamos. Pero lo mejor de todo es la peli. ¡Qué gran argumento, los vascos conquistando el oeste! Ni de Bilbao ostia...



Sí cabrones, os hemos pillado. Sabemos la imagen que tenéis de nosotros porque la hemos visto con nuestros propios ojos. Sabemos que nos tomáis por unos salvajes y que ridiculizáis y exageráis nuestras costumbres. Sabemos que jamás llegaréis a entender nuestra lengua y que por ello lo más fácil es inventársela. Y sabemos todo esto, pero nos da absolutamente igual. Disfrutamos con ello. Nos encanta ver vuestra grotesca percepción de nuestra cultura porque así vemos reflejado en ello la decadencia de la vuestra.

jueves, 30 de agosto de 2007

El mesías ha llegado

Algún día los seres humanos llegarán a comprender que la única verdad es que no hay ninguna verdad. Algún día los seres humanos asimilarán que la única cordura es la locura. Algún día los seres humanos se enterarán de que el límite que separa el bien del mal es la delgada línea que diferencia la embriaguez de la sobriedad. Y algún día dejaré de escribir chorradas. Algún día...

Ese día es hoy porque el mesías ha llegado. Toda verbalización de un pensamiento será totalmente inútil en tanto que los dictados del Gran Bender ya habrán sido escuchados por la masa. Por la frágil y dúctil masa...



Cuánto nos queda por entender...

sábado, 25 de agosto de 2007

La peor escena de lucha

Bodrio, ridiculez, colosal cagada, estulticia suma, bazofia inmunda, etc. Los apelativos son pocos a la hora de calificar esta ¿escena? de Star Trek. Una supuesta pelea entre un humano y un dinosaurio con manos prensiles del espacio exterior. Desconozco el odio y el desprecio hacia si mismos y hacia sus carreras cinematográficas de todo el equipo que trabajó en esta escena, desde los actores hasta el guionista, pasando por el equipo de caracterización o los decoradores, pero el resultado es ciertamente bochornoso, digno de un grupo que acude asiduamente a alcohólicos anónimos. La miseria más sobrecogedora es poca a la hora de valorar esta escalofriante "coreografía". La humanidad, una vez más, no deja de sorprenderme.


jueves, 16 de agosto de 2007

El creacionismo y Padre de Familia

De todos es sabido las reticencias existentes en algunos estados norteamericanos respecto a la teoría de la evolución y a la ciencia en general. Reticencias promovidas por los sectores más conservadores alineados junto al nucleo duro eclesiástico. En esos estados, como Kansas, se enseña en las escuelas el Creacionismo como verdad científica contrastada empíricamente.

Esta situación ha creado una fuerte polémica interna entre las asociaciones educativas estadounidenses. Numerosas voces del mundo de la ciencia y la cultura han puesto el grito en el cielo ante lo que ellos consideran como una aberración contra todos los cánones y criterios de cientificidad. Seth McFarlane, creador de Padre de Familia, no podía ser menos y nos ofrece su particular perspectiva de la situación, mordaz y satírica como siempre.



lunes, 14 de mayo de 2007

Filósofos griegos contra filósofos alemanes

Sí. Por fin ha llegado. Es el partido de fútbol definitivo. Todo se decide en él. Si el mundo no se acaba tras la consecución de los noventa minutos, es que habrá ganado la filosofía correcta. Eso o que todo da igual. Y todo eso lo deciden los filósofos alemanes o los filósofos griegos, gracias a Dios. O a los Monty Python. Es lo mismo.


sábado, 12 de mayo de 2007

Test de Perdidos

Aquí os dejo un test que os dirá a qué personaje de esa gran serie os parecéis más. Lo malo es que creo que hace referencia a la primera temporada. Pero bueno, menos da una piedra.

Por lo visto, al que más me parezco es a Sawyer, aunque la cosa anda reñida con Locke, Charlie y Jack. Interesante. El test también os dice qué personaje es vuestro alter-ego. En mi caso Claire. Y creo que ha dado en el clavo. No soporto los estúpidos berrinches de esa tía (pero por todos los santos, qué buena está).





You scored as Sawyer. You're Sawyer! You've been wronged in the past and you put all your energy towards revenge, but revenge has made you somebody you don't want to be. You take things that aren't yours, but will usually give them up if somebody wants something.

Sawyer


63%

Locke


56%

Charlie


50%

Jack


50%

Shannon


44%

Kate


44%

Sun


38%

Jin


31%

Sayid


31%

Hurley


31%

Boone


25%

Michael


25%

Claire


19%


martes, 8 de mayo de 2007

Cuidado, Cuidado

Las series españolas nunca se han destacado por su calidad. Eso lo sabemos todos. El dramatismo suele ser barato y en cuanto a su realismo jamás es creíble. Quien diga lo contrario es un ingenuo o está haciendo marketing. La ambientación y la localización es nula. Los medios técnicos empleados suelen ser pobres e insuficientes, lo que implica que la realización suela ser pobre e insuficiente. Los actores nunca interpretan personajes; se interpretan a sí mismos. Las tramas argumentales son planas y predecibles. Así que a decir verdad, lo máximo a lo que puede aspirar una serie estatal es a provocar tímidas sonrisas. Eso, amigos, es lo que vais a encontrar en la siguiente escena, extraída de la serie Médico de Familia



Éste es un ejemplo prototípico de escena dramática fallida. Un genuino despropósito. Porque despropósito es lograr lo contrario que deseas, en éste caso, una fantástica escena de comedia. Y es que el error es de principio, pues si lo que pretendes es entristecer al espectador, no uses como protagonistas de la secuencia a una de las parejas más cómicas del cine español: Marcial y Ernesto. O lo que es lo mismo: el tonto y el proyecto persona (y la asignación de epítetos es indistinta). Lograrás convertirlo todo en una enorme y desproporcionada parodia.

Respecto a la localización, apuesto el bazo a que no se movieron más de un kilómetro de los estudios Picasso para implementarla.

¿Y qué me decís de la realización? ¿Por qué Marcial cuando está hablando por teléfono con el tipo que se debería encargar de la música y la comida para la fiesta, y está a punto de pegársela por segunda vez, no mira ni atrás ni al retrovisor mientras dice lo de "pasa, pasa", sino a un punto inextenso fuera de la luna frontal a la que debería estar prestando atención? Porque el coche con el que está a punto de pegársela viene de frente. Y a no ser que éste haya sido manipulado por medio de un acelerador de partículas, no entiendo nada. Por no hablar del coche que misteriosamente aparece perpendicular respecto al sentido de la carretera, la cual, por cierto, no tiene quitamiedos. Y todo aderezado con enigmática música de fondo. ¿Qué clase de genio maligno podría haber perpetrado tamaña situación? Indudablemente, un guionista de serie española.

Respecto a las interpretaciones de los actores, o más bien a los personajes en sí (puntualización retórica; en realidad no hay distinción), decir que rozan lo esperpéntico. El caso de Marcial es sangrante. Si después de estar dos veces a punto de tener un siniestro, y de que tu fiel vasallo te diga que no está, te pones a mirar si la dichosa libreta se encuentra o no en la guantera, es que eres tonto. Pero si la situación es tan absurda que se podría haber evitado si no hubieras mentido a tu interlocutor telefónico respecto a que llamarías al número que éste te daba previa memorización porque no tenías libreta, es que mereces morir. El caso de Ernesto, por contra, es más entrañable. No es sólo su sorprendente parecido con Matt Damon, algo que le hace ganar puntos a nuestros ojos. Tampoco que le ofrezca un artículo de fiesta a Marcial cuando éste le insiste que busque la libreta, toda vez que Ernesto le diga que no está en la guantera. No, lo mejor de todo es que le pida ayuda a Marcial después de darse la ostia. Que la puerta no se abre. Creo que después de esto, alguien le debe una fiesta a este hombre.

En definitiva, si la intención de los realizadores era crear un producto dramático, el fiasco es mayúsculo. Si por contra, su objetivo era más modesto, entonces perfecto. Han logrado despertarnos unas tímidas sonrisas.

lunes, 7 de mayo de 2007

¡¡Stewie es Frank Drebin!!

Padre de Familia realiza una genial parodia u homenaje (¿acaso hay diferencia semántica?) a uno de los pilares de la comedia absurda: la saga "Agárralo como Puedas".

domingo, 14 de enero de 2007

My name is Sunny Muffins!!

He aquí una de las grandes obras del arte contemporáneo. Ni Picasso, ni Dalí, ni Kandinsky, ni Pollock, ni ostias. Robot Chicken se merece por derecho propio estar en lo más alto del panteón de los grandes del arte universal.

Y si no os lo creéis, contemplad este vídeo.