La gente piensa que una sociedad se sustenta sobre la base de una comunidad estable de ingenieros, policías; médicos, profesores; panaderos, agricultores; economistas, carpinteros; abogados, científicos; fontaneros, artistas; psicólogos, vendedores; mecánicos, camareros; conductores, informáticos; electricistas, filósofos; periodistas, historiadores; farmacéuticos, bomberos; deportistas, traficantes; o políticos y arquitectos. Pero no, es mentira. La sociedad pervive gracias a gente como yo. A gente que se dedica a buscarte un taxi cuando más lo necesitas. Pero eso la gente no lo entiende. La gente va a lo suyo y, cuando puede, te la clavan por la espalda. Como ese tal Luis Moya. Me será difícil olvidarle. Ojalá ese berraco arda en el infierno. Se lo tendrá bien merecido por lo que me hizo.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
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