No diga Dios; Diga Wilt Chamberlain. Y no diga Wilt Chamberlain; Diga Dios. Esto es así porque hablamos de la misma cosa, la misma sustancia. Y esto sólo demuestra un hecho, la falibilidad de la teología cristiana y, por extensión, de todas las religiones (con la excepción de ciertas formas de Budismo). Así es. Porque de otro modo no se entendería que entre la lista de las propiedades de Dios no se encuentre el ser lo suficientemente funky durante 445 veces, haber anotado 100 puntos en un partido de la NBA, tener buena vista para el mundo de los negocios, protagonizar Conan el Destructor o haber estado con cerca de 20.000 mujeres. El chamberlainismo es una realidad; ahora sólo falta acercarla al vulgo. Y para ello, que mejor que 10 sencillas reglas de conducta:
Estos mandamientos pueden resumirse en uno solo: Haz las cosas de un modo sencillo; haz las cosas al modo Wilt Chamberlain.
1. Ey, hermano
2. Lleva el pelo a lo afro
3. ¿Qué coño miras?
4. Pasame la pelota
5. Las drogas son malas
6. ¿Dónde está mi mp3?
7. Haz el amor y no la guerra
8. ¡La Puta!
9. No pienses, actúa
10. Tunnnn tu ka ka, tu ka, tunnn tu ka ka, tu ka...
2. Lleva el pelo a lo afro
3. ¿Qué coño miras?
4. Pasame la pelota
5. Las drogas son malas
6. ¿Dónde está mi mp3?
7. Haz el amor y no la guerra
8. ¡La Puta!
9. No pienses, actúa
10. Tunnnn tu ka ka, tu ka, tunnn tu ka ka, tu ka...
Estos mandamientos pueden resumirse en uno solo: Haz las cosas de un modo sencillo; haz las cosas al modo Wilt Chamberlain.
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