(Espacio indefinido. Tiempo indefinido.)
- Dicen por ahí que hay un ruso... y que es mejor que tú.
- Eso no es posible.
- No, lo que no es posible es que eso no sea posible.
(Silencio incómodo)
- Bien, ¿y cómo han llegado a esa conclusión?
- ¿Has visto Stalker?
- No. ¿Debería?
- A su lado tu 2001 parece una historieta Disney.
- ¡Exageras!
- No, no lo hago. Eres tú quien lo hace. Siempre lo haces, siempre fuiste demasiado enfático.
- Eso no es cierto.
- Sigues sin entenderlo, viejo recalcitrante. No importa que lo sea o no. La verdad y la falsedad aquí están en fuera de juego.
- ¿Ahogadas?
- Eso me gusta, pero tampoco te lo tomes demasiado en serio. (Tose durante un instante que se prolonga una eternidad.) ¿Un ajedrez?
- Siempre te vanagloriaste de esa escena. (Apunta al tablero.) ¿Blancas o negras?
- ¿Acaso importa eso?
- Importa si queremos jugar al ajedrez. Las reglas lo son todo. Sin ellas, nada queda.
- Sigues sin entenderlo, cabezota.
- ¿Qué sigo sin entender?
- Que las cosas no funcionan así.
- ¿Y cómo funcionan?
- Te contestaré con otra pregunta: ¿Por qué estás aquí?
- Para hacer realidad mi sueño.
- Exacto, por eso debes cambiar el chip, tu forma de pensar. Por eso estamos aquí. Por eso las cosas funcionan como nosotros queremos que funcionen.
- Por eso tú eres Bergman.
- Y tú Kubrick.
- Entiendo.
- No, no entiendes, pero da igual. No eres libre. ¿Qué edad tienes?
- No lo sé.
- ¿A qué hora has comido hoy?
- No lo sé.
- ¿Qué estabas haciendo antes de hablar conmigo?
- Es un mis... no lo sé.
- Claro que no lo sabes... ni puedes saberlo. Sólo tienes un sueño, y ahora sabes cuál es.
- Antes también lo sabía.
- Pero ahora sabes porque lo sabías. Ahora conoces la justificación de ese deseo. En cierto sentido, has aprehendido la no-justificación que rige tu voluntad.
- ¡Basta, no quiero seguir oyendo!
- ¡Bravo! Parece que empiezas a asimilar...
- ¡Cállate!
- Me callaré cuando lo crean conveniente.
- Dicen por ahí que hay un ruso... y que es mejor que tú.
- Eso no es posible.
- No, lo que no es posible es que eso no sea posible.
(Silencio incómodo)
- Bien, ¿y cómo han llegado a esa conclusión?
- ¿Has visto Stalker?
- No. ¿Debería?
- A su lado tu 2001 parece una historieta Disney.
- ¡Exageras!
- No, no lo hago. Eres tú quien lo hace. Siempre lo haces, siempre fuiste demasiado enfático.
- Eso no es cierto.
- Sigues sin entenderlo, viejo recalcitrante. No importa que lo sea o no. La verdad y la falsedad aquí están en fuera de juego.
- ¿Ahogadas?
- Eso me gusta, pero tampoco te lo tomes demasiado en serio. (Tose durante un instante que se prolonga una eternidad.) ¿Un ajedrez?
- Siempre te vanagloriaste de esa escena. (Apunta al tablero.) ¿Blancas o negras?
- ¿Acaso importa eso?
- Importa si queremos jugar al ajedrez. Las reglas lo son todo. Sin ellas, nada queda.
- Sigues sin entenderlo, cabezota.
- ¿Qué sigo sin entender?
- Que las cosas no funcionan así.
- ¿Y cómo funcionan?
- Te contestaré con otra pregunta: ¿Por qué estás aquí?
- Para hacer realidad mi sueño.
- Exacto, por eso debes cambiar el chip, tu forma de pensar. Por eso estamos aquí. Por eso las cosas funcionan como nosotros queremos que funcionen.
- Por eso tú eres Bergman.
- Y tú Kubrick.
- Entiendo.
- No, no entiendes, pero da igual. No eres libre. ¿Qué edad tienes?
- No lo sé.
- ¿A qué hora has comido hoy?
- No lo sé.
- ¿Qué estabas haciendo antes de hablar conmigo?
- Es un mis... no lo sé.
- Claro que no lo sabes... ni puedes saberlo. Sólo tienes un sueño, y ahora sabes cuál es.
- Antes también lo sabía.
- Pero ahora sabes porque lo sabías. Ahora conoces la justificación de ese deseo. En cierto sentido, has aprehendido la no-justificación que rige tu voluntad.
- ¡Basta, no quiero seguir oyendo!
- ¡Bravo! Parece que empiezas a asimilar...
- ¡Cállate!
- Me callaré cuando lo crean conveniente.
1 comentario:
O_O
Kubrick, Bergman y Tarkovski en un mismo relato… Es la culminación de la metafísica…
Tío, Stalker te ha dejado tocado jejejeje ;)
Por cierto…deduzco que te gustó
Publicar un comentario