Que mágica puede ser la percepción de otra cultura. Ves costumbres y valores que te resultan extraños y te sorprendes. Es como descubrir un mundo nuevo. Pero ya si te inventas la percepción, entonces... ¡es ya la puta ostia! Esto es lo que hacen los americanos y, claro, les queda de puta madre. Quedan como Dios ante el resto de los mortales. Ellos hacen y deshacen porque ellos rigen las pautas de comportamiento del resto de las sociedades. Y todo gracias a Holywood.
De todos es sabido que en Holywood les importa un pimiento que sus historias resulten creíbles o no. No les interesa la credibilidad; más bien el beneficio. Cuando los guionistas escriben los diálogos, caracterizan a los personajes y desarrollan las tramas argumentales, intentan crear un producto apetecible, es decir, vendible. Y los productores buscan precisamente eso: la rentabilidad. Porque Holywood es una gran industria, y sus espectadores, los consumidores. Así que los productos ofertados intentan responder en gran medida a los intereses y gustos del público.
El problema de todo esto no es la calidad o la ausencia de ella en los planteamientos de las películas. Hay pelis buenas y malas, y esto es totalmente independiente del leivmotiv que guía la actuación de las grandes compañías. El problema, más bien, es que esos productos salen de Estados Unidos, su principal mercado, y llegan a otras partes del globo. Como Euskadi.
Y aquí llegamos al principio. Cómo mola eso de caricaturizar y exagerar hasta el esperpento la forma de ser en otros lugares o, directamente, inventarte todo el asunto. Sí, yo también quiero formar parte de Holywood, pero la verdad es que, en este caso, ni soy parte de Holywood, ni tampoco de su mercado. Y os mostraré por qué.
MACGYVER
Que puto amo es Macgyver, que viene al País Vasco, y nos pilla en el bosque como jamelgos. Pero eso no es nada. Lo que verdaderamente tiene mérito es que venga y, por arte de magia, haga que tengamos cara de mexicanos, vistamos como hace un siglo y digamos cosas como "venga azkar aimsnasnsa". Mención especial a la banda sonora, a medio camino entre Saber y Ganar y Al filo de lo imposible. Dicho sea de paso: la madre de Macgiver era una señora de mundo, sí señor...
Por cierto, el mensaje subliminal es: no visites Euskadi si no quieres molestar a Macgyver... y si eres botánico, ¡cuidado!, podríamos confundirte con un agente de seguros.
TITANIC
Este vídeo es una ración de incultura por partida doble, es decir, bilingüe. Lo jodido es que el euskera de la versión original es más verosímil que el de la versión doblada, lo cual manda cojones.
Pues eso, que Tarari Tukutú...
EL DESFILADERO DE LA MUERTE
Éste es mi vídeo preferido. Lo tiene todo: vascos franceses, flamenco, irrintxis, cesta punta, el lejano oeste y escenas a lo Yamakazi. Que guapo. Como molamos. Pero lo mejor de todo es la peli. ¡Qué gran argumento, los vascos conquistando el oeste! Ni de Bilbao ostia...
Sí cabrones, os hemos pillado. Sabemos la imagen que tenéis de nosotros porque la hemos visto con nuestros propios ojos. Sabemos que nos tomáis por unos salvajes y que ridiculizáis y exageráis nuestras costumbres. Sabemos que jamás llegaréis a entender nuestra lengua y que por ello lo más fácil es inventársela. Y sabemos todo esto, pero nos da absolutamente igual. Disfrutamos con ello. Nos encanta ver vuestra grotesca percepción de nuestra cultura porque así vemos reflejado en ello la decadencia de la vuestra.
De todos es sabido que en Holywood les importa un pimiento que sus historias resulten creíbles o no. No les interesa la credibilidad; más bien el beneficio. Cuando los guionistas escriben los diálogos, caracterizan a los personajes y desarrollan las tramas argumentales, intentan crear un producto apetecible, es decir, vendible. Y los productores buscan precisamente eso: la rentabilidad. Porque Holywood es una gran industria, y sus espectadores, los consumidores. Así que los productos ofertados intentan responder en gran medida a los intereses y gustos del público.
El problema de todo esto no es la calidad o la ausencia de ella en los planteamientos de las películas. Hay pelis buenas y malas, y esto es totalmente independiente del leivmotiv que guía la actuación de las grandes compañías. El problema, más bien, es que esos productos salen de Estados Unidos, su principal mercado, y llegan a otras partes del globo. Como Euskadi.
Y aquí llegamos al principio. Cómo mola eso de caricaturizar y exagerar hasta el esperpento la forma de ser en otros lugares o, directamente, inventarte todo el asunto. Sí, yo también quiero formar parte de Holywood, pero la verdad es que, en este caso, ni soy parte de Holywood, ni tampoco de su mercado. Y os mostraré por qué.
MACGYVER
Que puto amo es Macgyver, que viene al País Vasco, y nos pilla en el bosque como jamelgos. Pero eso no es nada. Lo que verdaderamente tiene mérito es que venga y, por arte de magia, haga que tengamos cara de mexicanos, vistamos como hace un siglo y digamos cosas como "venga azkar aimsnasnsa". Mención especial a la banda sonora, a medio camino entre Saber y Ganar y Al filo de lo imposible. Dicho sea de paso: la madre de Macgiver era una señora de mundo, sí señor...
Por cierto, el mensaje subliminal es: no visites Euskadi si no quieres molestar a Macgyver... y si eres botánico, ¡cuidado!, podríamos confundirte con un agente de seguros.
TITANIC
Este vídeo es una ración de incultura por partida doble, es decir, bilingüe. Lo jodido es que el euskera de la versión original es más verosímil que el de la versión doblada, lo cual manda cojones.
Pues eso, que Tarari Tukutú...
EL DESFILADERO DE LA MUERTE
Éste es mi vídeo preferido. Lo tiene todo: vascos franceses, flamenco, irrintxis, cesta punta, el lejano oeste y escenas a lo Yamakazi. Que guapo. Como molamos. Pero lo mejor de todo es la peli. ¡Qué gran argumento, los vascos conquistando el oeste! Ni de Bilbao ostia...
Sí cabrones, os hemos pillado. Sabemos la imagen que tenéis de nosotros porque la hemos visto con nuestros propios ojos. Sabemos que nos tomáis por unos salvajes y que ridiculizáis y exageráis nuestras costumbres. Sabemos que jamás llegaréis a entender nuestra lengua y que por ello lo más fácil es inventársela. Y sabemos todo esto, pero nos da absolutamente igual. Disfrutamos con ello. Nos encanta ver vuestra grotesca percepción de nuestra cultura porque así vemos reflejado en ello la decadencia de la vuestra.
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