Puede que Irlanda no sea el país más interesante del mundo. No tiene muchos museos ni monumentos, ni en general una gran tradición cultural. Y no tiene chicas bonitas. De todas formas, a quien le importa eso cuando se habla del país exportador de una de las cervezas más deliciosas de todo tiempo y lugar: la Guinness. A mí no.
El verano pasado unos colegas y yo decidimos coger un avión para Dublín, alquilar un coche y recorrernos la isla durante 13 días. Muchas cosas podrían destacarse de ese viaje: las carreteras y los conductores suicidas irlandeses, las cervezas, los pubs y sus peleas, los desayunos para campeones, el rugby y el fútbol irlandés, las grandes planicies verdes, los acantilados, las calas, los castillos, la radio y su sempiterno Umbrella...
Yo, sin embargo, destacaré una por encima de las demás: la curiosa y pintoresca manera que esos jodidos (pero adorables) borrachos tenían de señalizar las cosas. Un sencillo acantilado o una carretera mal asfaltada eran motivos parar crear absolutas obras de arte. Absolutas obras de arte siempre y cuando compartas la visión del mundo que se tiene al metabolizar una buena pinta de cerveza. Veamos unos ejemplos.
Empiezo suave. Lo sé, no tiene nada que la pueda diferenciar de otra señal con el mismo contenido en cualquier parte del mundo. Pero aquí lo que me hace gracia es la ambigüedad del contenido: ¿Quién debe tomar precauciones? (Children of the corn) Las implicaciones son infinitas. Y sí, soy un perturbado que debe dejar de ver películas de terror malas.
Aquí sí vemos un referente arquetípico del arte irlandés prototipificado. Dramatismo y desesperación en una imagen que refleja absolutamente el espíritu irlandés. Bueno, dramatismo y desesperación... y alcoholismo, por qué negarlo. Y es que es imposible no estar borracho y caer en un foso de tal forma que adquieras esa postura en escorzo. Lo que me extraña es que en el dibujo no se muestren las entrañas de la Tierra o el mismísimo infierno. Palahniuk estaría aún más orgulloso.
La otra cara de la moneda. Y del mundo. Las puertas de la percepción. El obispo Berkeley estaría orgulloso. Y Newton, a medias. La pregunta obvia es: ¿Por qué ha de verse todo oblicuamente? Y la respuesta: Guinness. El corolario: el fondo en segundo plano.
Si llegas a ver una señal como ésta, el mensaje se coge con facilidad. Es como el Duck and Cover de The Atomic Cafe. En cualquier caso, lo que veo inquietante en esta imagen no es que debas tomar preocupaciones ante una caída. Lo inquietante es que no se haga incapié en que el hecho de pretender volar sí puede llegar a ser peligroso.
Eso que veis en la foto son los Cliffs of Mohey, unos acantilados de más de 200 metros de altura y uno de los paisajes naturales más bonitos del mundo. Si estos cliffs se encontrasen en cualquier otro país, las medidas de seguridad serían más estrechas: muros más altos o guardas. Aquí el poder coercitivo se deja en manos de una señal. Y me parece no sólo lógico, sino hasta bien. A fin de cuentas, así funcionan las cosas en la isla. Lo único que me desagrada es la ausencia de una botella en el dibujo.
El verano pasado unos colegas y yo decidimos coger un avión para Dublín, alquilar un coche y recorrernos la isla durante 13 días. Muchas cosas podrían destacarse de ese viaje: las carreteras y los conductores suicidas irlandeses, las cervezas, los pubs y sus peleas, los desayunos para campeones, el rugby y el fútbol irlandés, las grandes planicies verdes, los acantilados, las calas, los castillos, la radio y su sempiterno Umbrella...
Yo, sin embargo, destacaré una por encima de las demás: la curiosa y pintoresca manera que esos jodidos (pero adorables) borrachos tenían de señalizar las cosas. Un sencillo acantilado o una carretera mal asfaltada eran motivos parar crear absolutas obras de arte. Absolutas obras de arte siempre y cuando compartas la visión del mundo que se tiene al metabolizar una buena pinta de cerveza. Veamos unos ejemplos.
Empiezo suave. Lo sé, no tiene nada que la pueda diferenciar de otra señal con el mismo contenido en cualquier parte del mundo. Pero aquí lo que me hace gracia es la ambigüedad del contenido: ¿Quién debe tomar precauciones? (Children of the corn) Las implicaciones son infinitas. Y sí, soy un perturbado que debe dejar de ver películas de terror malas.
Aquí sí vemos un referente arquetípico del arte irlandés prototipificado. Dramatismo y desesperación en una imagen que refleja absolutamente el espíritu irlandés. Bueno, dramatismo y desesperación... y alcoholismo, por qué negarlo. Y es que es imposible no estar borracho y caer en un foso de tal forma que adquieras esa postura en escorzo. Lo que me extraña es que en el dibujo no se muestren las entrañas de la Tierra o el mismísimo infierno. Palahniuk estaría aún más orgulloso.
La otra cara de la moneda. Y del mundo. Las puertas de la percepción. El obispo Berkeley estaría orgulloso. Y Newton, a medias. La pregunta obvia es: ¿Por qué ha de verse todo oblicuamente? Y la respuesta: Guinness. El corolario: el fondo en segundo plano.
Si llegas a ver una señal como ésta, el mensaje se coge con facilidad. Es como el Duck and Cover de The Atomic Cafe. En cualquier caso, lo que veo inquietante en esta imagen no es que debas tomar preocupaciones ante una caída. Lo inquietante es que no se haga incapié en que el hecho de pretender volar sí puede llegar a ser peligroso.
Eso que veis en la foto son los Cliffs of Mohey, unos acantilados de más de 200 metros de altura y uno de los paisajes naturales más bonitos del mundo. Si estos cliffs se encontrasen en cualquier otro país, las medidas de seguridad serían más estrechas: muros más altos o guardas. Aquí el poder coercitivo se deja en manos de una señal. Y me parece no sólo lógico, sino hasta bien. A fin de cuentas, así funcionan las cosas en la isla. Lo único que me desagrada es la ausencia de una botella en el dibujo.
Chiste malo.
5 comentarios:
Jejeje qué bueno! el chiste malo no lo he pillado, dios, no he bebido hoy lo suficiente. Y las señales son increibles, sobretodo... vale, me da palo decirlo pero me he descojonado más que nada con la primera que has puesto, la del niño gigante a punto de comerse el coche que en vano intenta huir. Será q también he visto mucha peli d miedo.
Menos mal que no soy el único trastornado xD
Me he re�do un mont�n! El de la ni�a es bueno pero el del acantilado, no s� se les va un mont�n! Se podr�a hacer una exposici�n... Gracias por el comentario en el blog... Y aunque se intente, para nada se te relaciona con Ignatius... El nivel que dej� es muy alto!!!
Un pet�
A esta sociedad le falta tanta geometría y teología... otro día comenzaremos con la exposición de las propiedades del triángulo equilátero... Por hoy, nos quedamos con las señales irlandesas.
Un petó y no descanses demasiado con el blog. Tu estilo muy particular.
Ai, que maco!
Merci, continua vessant cinisme" Ah, i té enviat un mail, sóc l'ermli5@hotmail.com. Apa, cuida't! I... buff, a vegades acabes cansada d'una mateixa!!!! Prefereixo escoltar que no escriure, ara mateix!
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