Esta noche no me apetecía salir, así que me he quedado en casa viendo fútbol. Luego he leído algo de Fodor que me ha parecido muy aburrido, y eso que el tipo se esfuerza, y se esfuerza mucho. Pero nada Jerry, otro día será, hoy no estaba con la intendidad necesaria para seguirte. Como la filosofía de la mente me resultaba tediosa, he hecho lo que hago siempre que me aburro: recurrir al poker. Es curioso, porque los cálculos mentales necesarios para calcular la equity de tu mano respecto a una apuesta de tu rival basándote en su rango de manos en función del porcentaje de veces que realiza un movimiento determinado en una situación concreta cada vez me salen con más soltura y precisión. Supongo que todo es cuestión de práctica y, que duda cabe, desde hace varios meses practico más poker que filosofía de la mente. Supongo que en algún momento cambiará la situación, pues no quiero dejar a la filosofía de lado, pero cuando el instinto llama, hay que escucharle con atención.
Como iba diciendo, ahí estaba yo, jugando a poker, variando de tres a cuatro mesas simultáneas, según si lo que veía me parecía interesante o no. Como siempre, cerraba y abría mesas cual tiburón acechando a la presa, esperando que en alguna hubiera un maníaco, un calling station con debilidades explotables post-flop o, en general, un gambler con defectos acusados en algunas de las facetas de su juego. Mientras tanto, en el media player sonaban Insomnium, un grupo finlandés que practica el mejor death melódico de la actualidad junto a Dark Tranquillity, concretamente su Above the weeping world, de 2006. Me encanta ese disco. Posee las clásicas armonías del death melódico, la oscuridad y atmósfera depresiva del doom e influencias del folk escandinavo. Una auténtica joya del género. Así que motivado por la música, jugué.
Alrededor del minuto 20 de la sesión, identifiqué algo que entraba dentro de los parámetros que buscaba: un tipo con un stack de 50 dólares y con unas estadísticas que reflejaban que entraba al bote con el 98% de sus manos, que raiseaba preflop el 63% de ellas y que su agression factor era del 12. En otras palabras, un miserable maníaco. Reparé en él (porque cuando multitableas cuesta fijarse en la imagen del resto de jugadores de una mesa, a menos que entre al bote con ellos y analices su stats) cuando, después de raisear preflop una pareja de dieces, él, ocupando la ciega grande me hizo un 3bet. Entonces me fijé en sus estadísticas, e hice call, aunque lo correcto hubiera sido raisearle o tirar la mano. Esto último tuve que hacerlo en el flop ante la presencia de dos overcards en la mesa y, a pesar de que tenía posición sobre él, ver esa apuesta me hubiera comprometido con el bote. Reflexioné sobre la situación: maníaco en la mesa + posición sobre él + stack de 50$ = regalo de cumpleaños con lacito con mi nombre. Ipso facto, cerré el resto de mesas, y me concentré en ésta. Estaba jugando en mesa corta de seis jugadores (como siempre), y en ese momento, decidí cambiar mi estrategia. Jugaría en la mesa viendo muchas mas manos y siendo más pasivo que de costumbre, jugando mis manos fuertes y semifuertes agresivamente, sí, pero con la intención de meter más manos basura en mi rango con el objetivo de rentabilizarlas postflop, lugar donde identifcaba yo que tenía ventaja sobre él. Me aprovecharía de que su rango sería peor que el mío y de su agresividad ilimitada para sacárselo todo. Ese era el plan. En otras palabras, convertir la mesa en un Heads Up con el resto de jugadores como espectadores privilegiados. Acabé sacándole 37 de los 50$ (los otros 20 se los sacaron las dos manos premium de otros dos rivales), en apenas 23 minutos, aunque lo importante sucedió en apenas 1 minuto.
Primera mano: AQs. Raiseo, él en ciega pequeña me hace 3-bet. En ese momento su 3-bet average era del 32%. Podía tener cualquier puta cosa, pero sólo iba a coin flip con el 20% de su rango e iba claramente por detrás frente a AK, QQ y AA, o sea, menos del 10% de su rango. Frente al 70 restante iba claramente por delante. En total, mi equity contra todo su rango era del 67%, decido 4-betearle. Me mete push. Instal call por mi parte. Muestra K2o. Parece que tengo un 63% de equity al river. Va a estar emocionante, pienso, acojonado de que saga alguno de sus outs y de que le haga ganar la mano. Pero no sale ninguno de sus 2s ni ninguna de sus Ks. 13 dólares para el tío Jose.
Y a la siguiente mano...
Segunda mano: TT. Raiseo desde bu. Él en ciega grande, esta vez, me pushea directamente. Temo ir por detrás, pero sospecho que sospecha que le estoy robando, que si tuviera una buena mano la jugaría de otro modo y lecturas aparte, pienso en números. Nuevamente me enfrento al 30% de su rango. De ese 30%, sólo voy por detrás frente a parejas de mano superiores, el 6% de su rango en esa situación. Voy a coin flip frente a broadways sin dieces, o sea, el 17% de sus manos. Frente al 77% restante de sus manos voy claramente por delante. Muestra KQo. Mierda, coin flip, ligeramente a mi favor, pero coin flip al fin y al cabo -pienso. No salen ninguno de sus outs. Gano otros 24 dólares.
El tío pierde todo su stack y abandona la mesa. Yo hago lo mismo y cierro el soft de Everest Poker pensando que en términos absolutos jugué bien, pero que arriesgue demasiado y que tampoco era necesario. Y luego pensé que era parte de la estrategia de jugar en modo heads-up. Miro el media player. Suena:
Cuyo estribillo es un poema de William Bourdillon, poeta del siglo XIX. Su título: The night has a thousand eyes.
The night has a thousand eyes,
and the day but one;
Yet the light of a bright world dies,
when day is done.
The mind has a thousand eyes,
and the heart but one;
Yet the light of a whole dies,
when love is done.
Y pienso que, efectivamente, es verdad.