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miércoles, 17 de octubre de 2007

El Quinteto de Cambridge



Ambientada durante una noche pasada por agua del verano de 1949 en una de las habitaciones del Christ's College, El Quinteto de Cambridge narra el debate intelectual de cinco pensadores de peso de la primera mitad del siglo XX acerca de la cuestión: ¿Es posible construir una máquina que pueda reproducir los procesos cognitivos humanos? El organizador de todo el entuerto es C.P. Snow, novelista, divulgador y asesor científico, que debe entregar un informe para el gobierno británico acerca de la viabilidad técnica y científica de la construcción de una máquina que sea capaz de pensar como un ser humano. Para ello, invita a una cena a cuatro personalidades de renombre del mundo de la ciencia y la filosofía: el genetista J.B.S. Haldane, el filósofo Ludwig Wittgenstein, el físico teórico Erwin Schrödinger y el matemático Alan Turing.

John L. Casti se sirve de esta premisa argumental para desarrollar una novela de aquello que él llama ficción científica. No es ni una obra ensayística de divulgación sobre la ciencia porque el marco argumental es ficticio, ni una obra de ciencia ficción porque el desarrollo de la historia no se ve constreñido por los clichés y convenciones del género. Básicamente es una síntesis de ambos tipos de literatura. A mi personalmente me ha recordado a los diálogos platónicos por enfoque y planteamiento, con la diferencia de que no hay un Sócrates que sea el amo de la barraca ni unos unos contertulios que se limiten a decir cosas como "así es", "naturalmente" o "no puede ser de otro modo" y que con ello caigan en las contradicciones y sin-sentidos más burdos respecto a las tesis que defienden. Porque, como he dicho, a la cena el señor Nieve invita a cuatro de las mentes más geniales del siglo XX y, claro está, el debate tiene que ser de altura.

La discusión la abre Alan Turing exponiendo cómo sería posible crear una máquina a la que cupiese llamar inteligente. De este modo, pasa a explicar los resultados en sus investigaciones lógico-matemáticas: el concepto de la máquina universal de Turing. Tras esto se abre un interesante debate acerca de las reglas que debe seguir un programa: Wittgenstein hace incapié en su idea de qué es seguir una regla, Schrödinger en la posibilidad de que sepamos que algo es verdadero pero no haya modo de demostrarlo (una implicación del teorema de Gödel) y el consiguiente problema de la parada, etc.

Una de las ideas que más juego da a John L. Casti desde el punto de vista narrativo es la de que mientras que sus personajes son históricos y, en consecuencia defienden tesis propias, también echan mano de tesis e ideas adelantadas al contexto de la época. Así, cuando Turing pasa a exponer su Test de Turing (juego de imitación), es decir, la idea conductista de que una máquina sería inteligente si en función de su conducta no podemos distinguirla de la de un humano, Wittgenstein objeta la idea con el experimento mental de la habitación jerogífica, simulación del argumento de la habitación china de John Searle. O cuando están enfrascados en las relaciones entre mente y lenguaje y Wittgenstein expone que pensar es pensar en un lenguaje, y que el lenguaje es una manifestación de una forma de vida en una sociedad y un tiempo histórico concreto y que, en consecuencia, el pensamiento y el lenguaje sólo cobran sentido en el contexto de unas reglas y prácticas concretas de vida, Turing alude a que debe haber un lenguaje del pensamiento común a todos los lenguajes concretos, algo así como una Gramática Universal, idea ésta del lingüista Noam Chomsky. Ejemplos como estos los hay a patadas: conexionismo y redes neuronales de Dennett, psicología cognitiva evolutiva de Piaget y otras muchas más que ahora mismo no alcanzo a recordar.

Como epílogo a la novela, y fuera ya de la trama, Casti hace un breve repaso histórico a la trayectoria como movimiento de la I.A. desde su creación allá en el congreso celebrado en Dartmouth en el verano de 1956 hasta nuestros días. De este modo, nos cuenta los progresivos rumbos de investigación: I.A. Abajo-Arriba (partir de la fisiología del cerebro para llegar a la computación), I.A. Arriba-Abajo (partir de la computación para llegar a la fisiología) y Conexionismo y redes neuronales. También pone ejemplos concretos como el de la victoria de Deep Blue II sobre Kasparov en ajedrez y los problemas de los traductores a la hora de dar cuenta de los vericuetos semánticos de las palabras. Finalmente sostiene la tesis de que todo aquello que los seres humanos hacemos bien, como reconocer modelos, inferencia inductiva y creatividad, las computadoras las hacen mal. Y viceversa. Con ello llega a la conclusión de que humanos y ordenadores poseen distintos tipos de inteligencia, y que, tras el momento actual, "máquinas y humanos se separarán como se separaron los humanos y los delfines hace muchos milenios". Cognitivamente, se entiende.

En definitiva, esta novela es una excelente merienda de ideas acerca de uno de los campos de la filosofía, la ciencia y la tecnología más interesantes y sugerentes de la actualidad. Precisamente porque esos tres campos del saber convergen en un punto en común. Resulta realmente apasionante el constante ir y venir de ideas que, como si de un torbellino se trataran, no dejan un instante de respiro al lector. Todo ello con un lenguaje no demasiado técnico y extraordinariamente preciso. Y en apenas poco más 200 páginas. Uno de los libros más edificantes que he leído en mucho tiempo. Absolutamente recomendable.

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