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viernes, 28 de diciembre de 2007

La peor intervención política de la historia

O la mejor, según como se mire. Y es que mi memoria no alcanza a recordar tamaño despropósito y semejante ejercicio de incompetencia en las labores oratorias. Pero no nos adelantemos a la descripción de lo acontecido. Para empezar, un poco de contexto.

Todo sucedió un maravilloso y resplandeciente día de septiembre de 2007, jueves 13 creo recordar. Los pájaros piaban, el viento soplaba y el lorenzo se levantaba a la orilla del Ebro ante lo que era una jornada de reencuentro político en Aragón tras las elecciones autonómicas de mayo, el pacto del PSOE con el PAR y un verano que se presuponía más caluroso de lo que realmente fue. Entre los asistentes, caras viejas, otras no tanto, y algunas susceptibles de ser consideradas sempiternas. No pertenecía a esta última clase, ciertamente, Eva Teruel. Ese día suponía su debut en la esfera política del más alto rango dentro de su comunidad. Y lo hacía como portavoz de la consejería de educación, cultura y deporte. Su tarea: presentar el programa de gobierno y responder a las objeciones presentadas por la oposición. Mañana de tensión y nervios, por tanto, para la aragonesa de 42 años técnico superior en artes plásticas y diseño y psicóloga de profesión. O al menos, eso cabría esperar. Porque diez minutos de intervención ante el atento escrutinio de los diputados y ante la mirada, en principio inquisitiva, de tu jefa es para poner nervioso a uno, sobre todo si se es principiante en esas lides. Pero esto a Eva, conocedora de los más oscuros mecanismos de la mente humana, no le asustó. Y vaya que si no lo hizo. Cargada del buen rollo que sólo las grandes jornadas de macrobotellón o las interminables sesiones delante del Tuenti pueden ofrecer, se dispuso a realizar su intervención. Una intervención, ante todo, memorable. Estelar dirán algunos.



En cierto sentido, está fuera de toda discusión que ésta sea la peor intervención política de todos los tiempos. Ni en los tiempos de la Atenas de Pericles, y eso que allí eran muy propensos a los excesos espirituosos, hay constancia de un hecho similar. Pero bien mirado, con la lente apropiada, puede ser la mejor. En fin, que tampoco es para indignarse. La mujer se lo pasó bien y me lo ha hecho pasar bien a mí. No se puede decir lo mismo de los miembros de su partido, que no tardaron en cesarla de su puesto y si me apuras, echarla del partido, excomulgarla y mandarla al patíbulo en una ejecución pública con todos los deshonores.

Pero hablando ya en un tono más serio, hay que reconocer que las formas del discurso de esta señora son inapropiadas para el contexto en que lo realiza. Ahora bien, lo preocupante no son sus risas, aspavientos y, en general, el talante de sus ademanes. Lo preocupante es que bajo la fáchada de lo políticamente incorrecto, desgrana un discurso, en cuanto a contenido, similar al de la inmensa mayoría de los políticos. Es decir: vacío y estéril. Por ello, lo preocupante no es este caso concreto, sino los innumerables casos que se suceden con normalidad en la política española. Eva Teruel, al menos, no engaña a nadie. El peligro emerge cuando el engaño se envuelve bajo el tamizado papel del aplomo, la rectitud y la retórica más políticamente correcta. Es en esos casos, en los hay que estar alerta. Es entonces cuando realmente se da la peor intervención política de la historia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

a mí particularmente me gusta como habla. Que es improcedente es cierto, no pega en el contexto, pero, los políticos dicen ser la voz del pueblo... jejeje, el pueblo habla como ésta, no como el resto!

Parásito dijo...

Estamos ante una visionaria.No escatima recursos en expresar lo que siente y ha conseguido convertir las cortinas de su salón en una prenda de vestir.

Raúl dijo...

En tu pueblo se hablará como ésta, Sugoi. Pero bueno, esto no viene al caso, lo importante es lo que ha dicho el consejero Ignatius Reilly, cuyo discurso teníais que haber leido con mayor interés, porque no entiendo cómo la gente no lo lee mejor, no saben de la vida... jeje Si, eso de que las risas, los aspavientos, la forma de hablar es lo de menos. El contenido habla por sí sólo. Puede que quisiera reirse del país antes de retirarse de la política, si es así lo ha hecho muy bien, no descarto esa opción, así como la del hachís. Gracias muchas, muchas gracias por leerme en este comentario, gracias consejero Ignatius, gracias Sugoi, presidente, gente de corbata, gracias muchas.

Ignatius Reilly dijo...

Feliz día de los inocentes a todos