Grabaron tres discos esenciales para todo melómano que se precie en los años 90 y uno de versiones más que aceptable en 2000, año de su separación. Hablo de Rage Against The Machine, una de las bandas más comprometidas con los problemas socio-culturales de su tiempo. Activistas, revolucionarios e inconformistas, su ideario político no está precisamente cerca de ser siervo de los poderes establecidos (y Chomsky, influyente en su manera de pensar, sabe de eso). Prueba de ello son las numerosas manifestaciones y altercados con la policía en los que se han visto como parte implicada. Su mayor pero, el hecho de haber grabado todos sus discos bajo el amparo de una multinacional. ¿Hipocresía, falta de coherencia? En mi opinión, un medio lícito para una finalidad mayor.
Testify abre su tercer disco de estudio, titulado The Battle of Los Ángeles. En ella podemos corroborar las constantes que han hecho del grupo californiano una referencia absoluta en la música: un rock contundente, igualmente cercano tanto al metal como al funk y unos rapeados marca de la casa en una canción que es un auténtico manifiesto político y una declaración de intenciones por parte del grupo. Con Zack de la Rocha despachando sus corrosivos versos (definitivamente es uno de los mejores letristas de la última década) y un Tom Morello haciendo magia con su guitarra, Testify es un producto absolutamente ineludible. Rap metal con mayúsculas, señores.
Por cierto, Rage Against The Machine, tras un intervalo de siete años en los que su vocalista decidió dedicarse a su carrera en solitario mientras que el resto se enroló en el proyecto de Chris Cornell, Audioslave, se reunieron el año pasado. Y ahora, en Lisboa, les estoy viendo en directo.
Testify abre su tercer disco de estudio, titulado The Battle of Los Ángeles. En ella podemos corroborar las constantes que han hecho del grupo californiano una referencia absoluta en la música: un rock contundente, igualmente cercano tanto al metal como al funk y unos rapeados marca de la casa en una canción que es un auténtico manifiesto político y una declaración de intenciones por parte del grupo. Con Zack de la Rocha despachando sus corrosivos versos (definitivamente es uno de los mejores letristas de la última década) y un Tom Morello haciendo magia con su guitarra, Testify es un producto absolutamente ineludible. Rap metal con mayúsculas, señores.
Por cierto, Rage Against The Machine, tras un intervalo de siete años en los que su vocalista decidió dedicarse a su carrera en solitario mientras que el resto se enroló en el proyecto de Chris Cornell, Audioslave, se reunieron el año pasado. Y ahora, en Lisboa, les estoy viendo en directo.
2 comentarios:
Muy guapa, y el rapeado o cantado... también, parece que el cantante dispara. La letra está bien, pero no sé hasta que punto se puede juzgar una letra en relación a otros grupos. No conocía a este grupo, tienen cañita, ¿qué tal en directo?
Oye, ahora explícate, ¿escribiste esto en el concierto? ¿llevaste el portátil? qué friki XDD
¿Qué viene después? Mmmm Korn
Ignatius, espero que sigas vivo después del concierto!
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