poker online

lunes, 23 de febrero de 2009

Zeitgeist

Quien me conoce sabe que no soy muy amigo de eso que comúnmente se denomina teorías de la conspiración. Ya sabéis, ocurre algo, se desconocen las causas y se inicia una investigación según indicios que encajan con el sentido común. Todo parece encajar hasta que alguien propone una hipótesis alternativa, mucho más enrevesada y que lo complica todo. Un buen ejemplo de esto era cuando eras pequeño y se te "olvidaba" hacer los deberes y tú recurrías a la explicación del perro y su insaciable gula por la celulosa (¿alguien recurrió a esa explicación alguna vez?). Independientemente de que fuera mentira o no, resultaba poco creíble. Otro ejemplo más reciente puede ser el de Pe Drojota y su particular versión del 11-M.

En general, puede decirse que las hipótesis explicativas que caen bajo el paraguas "teorías de la conspiración" adolecen todas ellas del mismo racimo de problemas: inflación causal (caso del perro), inflación teleológica o inflación por descuido (caso del 11-M). Seguramente el primer teórico que habló de todas estas cosas fue Guillermo de Occam. Y lo que dijo aún sigue vigente. Su navaja, pese al paso de los siglos, aún no se ha oxidado. Algo sólo posible para un temperamento adelantado su época, que diría aquel. O un hiperbóreo, que diría el otro.

Sea como fuere, últimamente dudo de estas ideas. No es que los conceptos estén mal cuando más bien se trata de una cuestión de aplicación de los mismos. Pues, pensando en estas cosas, creo haberme dado cuenta de que no existen inflaciones ontológicas más que desde perspectivas concretas. Al menos las cosas no están claras siempre desde un punto de vista neutral. La navaja de Occam es un criterio pragmático de decisión, pero desgraciadamente no es el único. El peso de la tradición muchas veces ejerce de losa cohercitiva sobre nuestros párpados, haciéndonos creer que interpretamos un suceso bajo el filo de la famosa navaja cuando, en realidad, sólo estamos siendo presa del adiestramiento.

Vean el siguiente documental: Zeitgeist, de Peter Joseph. Probablemente sea un caso claro de inflación teleológica. Pero piensen en una cosa: ¿Qué relato hubieran creído antes de conocer nada (imagínense una tabula rasa), la visión heredada o Zeitgeist? Da que pensar.



PS: Ahora no vayan a creerse a pies juntillas lo que Peter Joseph tiene que contarles. Que les conozco...

6 comentarios:

Pablo Hernando dijo...

Dudar de la versión oficial es siempre la opción más sensata, aunque sólo sea por tocar los cojones.

Zeitgeist 2 me parece mucho más contenido y certero que este. Más revelador, aunque menos molón.

Anónimo dijo...

ueik! mmm ric del que ha donat simplement ha estat una part del camí
Ara hi ha Desconstrucció del mousse de iogurt, xD vés a saber fins quan... cuida't noi!

Silvia_D dijo...

Hummm... soy escéptica por naturaleza que le vamos a hacer.

Besos, niño y gracias :)

OPIÜM dijo...

Buenas tardes es la primera vez que me paso por su blog.
Como veo que le gusta la filosofia le queria preguntar...
alguna recomendación sobre un libro que explique de manera clara la filosofia y sus autores?
Gracias!!!.
Le seguiré.

Ignatius Reilly dijo...

La historia de la filosofía de Bertrand Russell, dos tomitos, editado por austral

Raúl dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.